Hacer yoga en familia con padres, abuelos o personas allegadas es una actividad sensacional para pasar un día muy saludable con los más pequeños. Se trata de sesiones donde se realizan posturas de yoga y ejercicios de manera divertida. Están dirigidas para promover el encuentro familiar de una forma relajada y diferente, alejados de las rutinas y obligaciones diarias. La desinhibición, comunicación y expresión corporal de adultos y niños ayuda a compartir momentos muy emotivos y alegres. Esta práctica incrementa y fortalece los lazos de unión, además de ayudar a mejorar la timidez. La práctica de la respiración tiene su importancia y por ello igualmente se realiza jugando para que la podamos integrar y practicar de una manera más fácil. La relajación final sorprende a los adultos cuando ven como los más pequeños, después de una práctica tan agradable, son capaces de mantener un estado de calma. Las edades de los más pequeños para realizar esta actividad son entre cuatro y doce años. Siempre se tendrán en cuenta algunas excepciones para que los hermanos con algún año más o menos también puedan disfrutar con el resto de la familia.
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